Toledo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, en la que durante siglos convivieron diversas religiones, cristiana, judía, musulmana. Donde el
laberinto de calles, callejones y cobertizos hacen de ella un entorno peculiar y mágico, donde cada piedra es una obra de arte, donde numerosos personajes dejaron su huella, como Don Miguel de
Cervantes Saavedra que escribio:
¡ Oh, peñascosa pesadumbre, gloria de España y luz de sus ciudades, en cuyo seno han estado guardadas por infinitos siglos las reliquias de
los valientes godos, para depósito de católicas ceremonias ! ¡ Salve, pues, oh ciudad santa y da lugar que en ti le tengas éstos que venimos a verte !.
Perderse por sus calles, sin buscar nada, te lleva a descubrir auténticas maravillas, pasear por su barrio judío,
por el Toledo conventual, ver una puesta de sol desde la piedra del rey moro, o presenciar un amanecer donde la niebla inunda la ciudad, parecindo que flote entre las nubes, o cuando cae la noche
iluminando los principales monumentos, y que decir de su Semana Grande, el Corpus Christi, donde el olor a tomillo, romero y cantueso, que sirve de alfombra por las calles cubiertas de toldos y
adornadas de flores y tapizes por donde pasará el cortejo procesional culminado por la Custodia de Enrique de Arfe, y fiesta declarada de Interés Turístico Internacional.
La Semana Santa, delacara de Interés Turístico Nacional, al contrario, muestra la austeridad de sus calles y los pasos
realizan su procesión, donde el silencio, solo es roto por el sonido de las pisadas de los cofrades a la luz de sus velas y farolillos.
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